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Novak Djokovic levantando el trofeo de Wimbledon, que supone el tercer Grand Slam de su carrera

El “All England” de Londres fue por fin testigo del ascenso definitivo del serbio Novak Djokovic a la cima del tenis mundial. Con el número uno asegurado con su victoria en semifinales, sólo le quedaba derrotar a Rafa para consolidar su reinado en este 2011.

Era la final del traspaso de poderes, y sólo la trayectoria de Nadal sembraba ciertas dudas sobre la victoria de Djokovic. Por segunda vez se encontraban en la final de un Grand Slam, y lo hacían después de haberse visto las caras en cuatro finales este año.

Indian Wells, Miami, Montecarlo y Roma contemplaron atónitos como Nadal sucumbía impotente a los golpes del serbio. Especialmente dolorosas fueron las dos últimas, disputadas sobre tierra batida –la superficie que el español ha dominado con mano de hierro desde hace más de siete años-, y resueltas con relativa facilidad en dos sets por “Nole”.

Eran cuatro precedentes que, sumados a la falta de presión de saberse ya número uno mundial, otorgaban todo el favoritismo a Djokovic. Pero sobre todo, el hecho de haber perdido un solo partido en todo el año, el que le enfrentó al suizo Roger Federer en las semifinales de Roland Garros y que puso fin a su racha de 43 victorias consecutivas.

Rafa Nadal sucumbió ante Novak Djokovic y no pudo sumar su tercer Wimbledon

Enfrente estaba un Rafa Nadal que se plantaba en su quinta final de Wimbledon, con la intención de conquistar su tercer título y el undécimo Grand Slam de su carrera. De lograrlo se habría convertido en el cuarto jugador de la historia con más cantidad de “grandes”, igualando a dos mitos como Rod Laver y Bjorn Borg –a quien ya igualó la impresionante marca de seis títulos de Roland Garros-. Por delante sólo habrían quedado Roy Emerson con 12, Pete Sampras con 14 y Roger Federer con 16.

Pero no era el día de Rafa Nadal, al igual que tampoco está siendo su año. O mejor dicho, era el día y el año de Novak Djokovic. Ganó el primer set por 6-4 y dominó el segundo por 6-1. La tercera manga hacía soñar a Nadal, que se impuso por 6-1; pero en el cuarto set Novak jugó mejor en los momentos decisivos y con un oportuno “break” estableció el 6-3 en el marcador y se coronó rey de Wimbledon por primera vez en su carrera.

El serbio ha pasado de ser la alternativa a la dualidad Roger-Rafa a convertirse en el referente del tenis mundial en este 2011, donde ya acumula la friolera de ocho torneos. Dos Grand Slam –Australia ante Andy Murray y Wimbledon-, cuatro Masters 1000 –Indian Wells, Miami, Montecarlo y Roma; todos ante Rafa-, un Masters 500 –Dubai ante Federer-, y un Masters 250 –Belgrado ante Feliciano López-.

Con estos datos la llegada al número uno era sólo cuestión de tiempo. Pudo ser en la arcilla parisina, pero Federer se cruzó en su camino y pospuso su ascenso. Ha tenido que ser en la hierba londinense, en el torneo más mítico de la historia; y ganando a Nadal en la final, creando mayor simbolismo del traspaso de poderes.

La victoria de Djokovic en Wimbledon ante Rafa coincide con el traspaso del número uno

“Nole” acaba así con la dualidad Roger-Rafa en lo alto del ranking, destrozando un dominio que duraba ya desde el 2 de Febrero de 2004; cuando el suizo desbancaba al estadounidense Andy Roddick. Federer lideró la tabla durante más de cuatro años, hasta que el 18 de Agosto de 2008 Rafa Nadal se convertía en el tercer jugador español en la historia en proclamarse número uno del mundo, tras Carlos Moyá y Juan Carlos Ferrero.

El mallorquín pasó casi un año al mando, hasta el 6 de Julio de 2009; cuando Federer recuperó el liderato. De nuevo casi un año después Rafa volvió a lo más alto. Era el 7 de Junio de 2010. Y así hasta hoy, 4 de Julio de 2011; en el que Novak Djokovic ha destrozado la hegemonía del suizo y el español.

La irrupción del balcánico abre un nuevo interrogante en el mundo del tenis. ¿Estamos ante el inicio de la “era Djokovic”, o por el contrario nos encontramos en los albores de una nueva bipolaridad Novak-Rafa?

Novak Djokovic celebra el punto definitivo que le hacía campeón de Wimbledon por primera vez en su carrera

Esta temporada el balear no ha conseguido derrotar al balcánico, pero si algo ha demostrado Nadal en su carrera es que las dificultades sólo le sirven para mejorar cada vez más su tenis. Además, si analizamos la temporada de Rafa; sólo Djokovic ha sido capaz de derrotarle con asiduidad. Ha ganado sólo tres títulos –Montecarlo, Barcelona y Roland Garros-; pero ha sido finalista en cinco, y en todos ellos ha sido derrotado por el serbio.

Únicamente en tres torneos ha sucumbido antes del último día. El que abría la temporada en Doha, donde cayó en semifinales ante el ruso Nikolai Davydenko; el Open de Australia, donde acudió renqueante y fue derrotado en cuartos por David Ferrer; y el reciente torneo de Queen’s, donde también cayó en cuartos ante el francés Jo-Wilfred Tsonga.

En resumen, Rafa ha sido claramente el segundo mejor tenista del año; o cómo podríamos denominarlo viendo el nivel de Djokovic, el número uno de los mortales. Ahora a Nadal le toca el más difícil todavía, encontrar la forma de ganar al serbio.

La rivalidad Djokovic-Nadal puede abrir un nuevo gran capítulo en el tenis mundial

La otra gran incógnita es hasta dónde puede llegar “Nole”. Resulta evidente que el impresionante nivel de juego del que disfruta en la actualidad no puede ser infinito. Algún día bajará la guardia, caerá lesionado o alguna de las grandes raquetas del circuito –Nadal, Federer o Murray- encontrará la forma para derrotarle. El suizo ha sido el único que lo ha hecho este año, pero coincidió con uno de los peores partidos del serbio –sin quitarle ningún mérito a Roger-.

No obstante, ahora Djokovic no debe pensar en cuánto durará el momento dulce que vive ahora mismo. Su misión ha de ser la de continuar partido a partido, no variar un ápice las rutinas y las dietas que ha adquirido este 2011; el año que pasará a la historia del tenis como el que vio pasar al balcánico de gran aspirante al trono a rey por derecho propio.

Repasemos ahora la trayectoria de Novak en la ATP, desde sus primeras victorias hasta su llegada al uno:

Novak Djokovic en 2006 tras ganar su primer título como profesional

Djokovic se dio a conocer ante el gran público con 19 años, cuando en Julio de 2006 ganó su primer torneo ATP: el Masters 250 de Amersfoort (Holanda); en el que se impuso 6-0, 6-0 al chileno Nicolás Massú. Dos semanas más tarde demostró que no era flor de un día llegando a la final de Umag (Croacia), donde tuvo que retirarse ante el suizo Stanislas Wawrinka.

Ese 2006 no volvió a llegar a ninguna final, pero ascendió del puesto 78 hasta el 16. Y ya al año siguiente consolidó su candidatura a los lugares de mayor privilegio del “ranking”. Lo hizo ganando cinco torneos, incluidos sus dos primeros Masters 1000 –Miami y Montreal, ambos sobre pista dura-. Pero su gran logro de la temporada fue llegar a la final del US Open, donde cayó ante Roger Federer. Al finalizar ese 2007 ya estaba situado como número tres del mundo, posición que conservó con facilidad durante años.

En 2008 “sólo” ganó cuatro títulos, pero todos ellos de gran nivel. Empezó la temporada ganando su primer trofeo de Grand Slam en Australia, donde derrotó a Jo-Wilfred Tsonga en la final. Después llegaron las victorias en los Masters 1000 de Indian Wells y Roma, para finalizar la temporada imponiéndose a Nikolai Davydenko en la Tennis Masters Cup de Shanghai.

Con la victoria ante Tsonga en Australia 2008 Djokovic inauguró su casillero de Grand Slam

Al año siguiente conquistó otros cinco torneos, pero no fue su mejor temporada y llegó a bajar hasta el top 4. Sólo destacó el Masters 1000 París, aunque perdió otras cuatro finales de dicha categoría. 2010 empezó bien con la llegada al top 2 por primera vez, pero se fue diluyendo y sólo sumó dos títulos menores, los Masters 500 de Dubai y Pekín. Lo mejor del año fue llegar de nuevo a la final del US Open, pero esta vez fue Nadal el que le privó de su segundo Grand Slam. Pero a finales de año todas las penas se olvidaron con la conquista de la primera Copa Davis en la historia de Serbia, lo que para muchos supuso el punto de inflexión en la carrera de “Nole”.

Así empezó 2011 como un tiro, ganando en Australia, Dubai, Indian Wells, Miami, Belgrado, Madrid y Roma de forma consecutiva. Llegó a Roland Garros con el número uno a tiro pero Federer se lo impidió, y tuvo que esperar a ganar Wimbledon para alzarse por fin a lo más alto. Se convierte así en el 25º jugador que logra llegar a lo más alto desde que se inició la era Open.

A sus 24 años –es un año menor que Rafa-, ya acumula tres títulos de Grand Slam, una copa de maestros, una Davis, nueve Masters 1000, siete 500 y cinco 250; para un total de 26 títulos ATP. La pista dura es su favorita, ya que en ella ha conquistado 13 trofeos, por siete de tierra batida. La victoria en Wimbledon supuso su primer título sobre hierba.

Y por lo que respecta a los Grand Slam, Roland Garros es el único donde todavía no ha conseguido llegar a la final. Pero viéndole esta temporada, parece sólo cuestión de tiempo que logre ganar al menos una vez cada uno de ellos. Su próxima oportunidad será en Estados Unidos, donde llegará como máximo favorito y buscará su primer título en su tercera final.

Federer, Nadal y Murray tienen ahora la misión de desbancar a Djokovic

Son muchos motivos que hacen pensar que Djokovic se retirará siendo uno de los mitos de la historia del tenis. Falta por ver dónde tiene su techo, y como logrará gestionar las rivalidades que surgirán a partir de ahora, tanto con Rafa como con otros talentos del tenis como Murray o Federer. Y también los que vendrán a partir de ahora.

En definitiva, la ascensión de “Nole” es positiva para el mundo del tenis, y abre una nueva época en la ATP, que seguro que nos deparará enfrentamientos tan memorables como los que nos han regalado Federer y Nadal en los últimos años.

Por último, en el cuadro femenino, la checa Petra Kvitova se hizo con su primer Grand Slam al derrotar a la rusa Maria Shaparova en dos sets, por 6-3 y 6-4; erigiéndose así como una de las grandes promesas del futuro del tenis femenino.

La checa Petra Kvitova ganó en féminas tras imponerse a Maria Sharapova en la final

7-5, 7-6, 5-7, 6-1; un marcador para la historia.

Rafa Nadal se dejó caer por sexta vez sobre la arcilla parisina tras derrotar a Roger Federer

Cuatro sets ha necesitado Rafa para alzarse con su sexto Roland Garros, el cuarto que consigue con Roger Federer al otro lado de la pista. Y por primera vez lo ha hecho contra pronóstico, sin desplegar –ni de lejos- su mejor tenis salvo fogonazos; y con la amenaza de una final con Djokovic, que acariciaba el número uno del mundo y llegaba dispuesto a batir el récord de John McEnroe de victorias al inicio de una temporada.

Pero enterrar a Rafa es ridículo, y más hacerlo sobre tierra (lamento el chiste malo). Con ayuda de Roger, que le quito de en medio a Nole en semifinales; ha igualado la mítica marca de Bjorn Borg, y con 6 títulos de Roland Garros ya puede decir que no hay nadie que haya ganado más que él. El sueco lo consiguió en 8 ediciones, mientras Nadal sólo ha necesitado 7.

Rafa Nadal ha igualado la marca de seis Roland Garros que el sueco Bjorn Borg estableció en 1981

Cuatro finales ante Roger, una ante Mariano Puerta –la primera- y otra ante Robin Soderling –el año pasado-. Con la única derrota ante el mismo Soderling en 2009, el mallorquín mantiene el impresionante balance de 45-1 en las tierras parisinas. En 2012 volverá para tratar de superar al sueco y conquistar la séptima Copa de los Mosqueteros para liderar el ranking histórico en solitario, pero al menos durante un año lo compartirá con todo un mito de este deporte.

Pero cuando se salta a la pista de poco valen los éxitos pasados, ni las malas rachas actuales. Tras conquistar el llamado “Clay Slam” en 2010 –Montecarlo, Roma, Madrid y Roland Garros-, el 2011 no estaba siendo igual de productivo, debido básicamente a un hombre: Novak Djokovic. El serbio le había ganado cuatro partidos consecutivos, todos ellos en finales de Masters 1000: Indian Wells y Miami en pista dura, lo que entraba dentro de lo factible; y Madrid y Roma en tierra batida, lo que resultaba mucho más sorprendente y daba fe del descomunal momento de forma de Nole.

Pese a haber llegado a la final de todos los Masters 1000 del año, Rafa llegaba a París con sólo dos títulos en la temporada: el Masters 1000 de Montecarlo y el 500 de Barcelona (Godó para los amigos); aprovechando en ambos la ausencia del serbio. De ahí las dudas generadas antes del comienzo del Grand Slam de arcilla. Sólo Nikolai Davydenko había conseguido lo mismo que ha hecho Djokovic este año: ganarle cuatro encuentros seguidos al español.

Djokovic cayó ante Federer en semifinales y tendrá que esperar para hacerse con el número uno

Y las dudas aumentaron exponencialmente en los primeros compases del torneo, sobre todo en el duelo inicial contra John Isner. De sobra es sabido que un encuentro inicial contra el cañonero norteamericano no es plato de gusto para jugadores del perfil de Rafa, pero nadie esperaba verle contra las cuerdas a las primeras de cambio. Nadal necesitó cinco sets para dar la vuelta a un partido que se le había puesto 2 a 1 abajo, tras perder los tie-break del segundo y tercer set.

El siguiente rival fue el Pablo Andújar, al que se impuso en tres engañosos sets. Sólo los nervios del conquense en el tercero le privaron de ganarle por primera vez un set al número uno del mundo. Rafa ya estaba en tercera ronda, pero las sensaciones no eran nada positivas. Allí se encontró con el desconocido croata Antonio Veic, que no fue rival ni para un Nadal a medio gas.

Llegaban las rondas finales y al otro lado de la pista se plantó otro croata, pero con mucho más cartel: el veterano Ivan Ljubicic. Fue otro partido engañoso a tres sets, ya que sólo el mayor acierto del español en los puntos clave decidió las mangas. Con más sombras que luces llegaban los cuartos de final, y el contrincante traía malos recuerdos: Robin Soderling. Pero resurgió el mejor Rafa y el sueco no fue rival en ningún momento del partido, por lo que se tuvo que despedir de París en cuartos tras dos finales consecutivas.

Rafa Nadal ofreció su mejor versión en cuartos de final ante el sueco Robin Soderling

El penúltimo escollo fue el escocés Andy Murray, que confirmó su mejoría sobre arcilla con su mejor resultado en Roland Garros; pero se vio impotente ante Nadal. Y como ya venía siendo costumbre, el mallorquín ganó en tres sets pero muy apretados; mientras Roger Federer le echaba una mano venciendo a Djokovic. El suizo decidió obsequiar a su némesis por su 25º cumpleaños con un día más como mínimo al frente de la ATP, y de paso se plantó en su quinta final parisina. Días como el de hoy hacen ver que el de Basilea hizo bien en aprovechar la ocasión que se le presentó en 2009 con la lesión de Rafa, ya que si no quizás nunca hubiera ganado los cuatro grandes.

En la final hubo de todo: gran tenis por momentos con bajadas de rendimiento frecuentes de ambos. Rafa remontó un primer set que tenía perdido, y tras desperdiciar un break de ventaja en dos ocasiones en el segundo consiguió imponerse con solvencia en el desempate. Federer remontó en el tercer set y pospuso la contienda hasta el cuarto set, donde el mallorquín ya no dio ninguna opción al suizo y le endosó un claro 6-1 para agrandar más su leyenda.

Por cuarta vez se repitió la foto: Roger Federer finalista de Roland Garros ante Rafa Nadal

Por lo que respecta al resto de españoles, hubo de cal y de arena casi a partes iguales. David Ferrer y Albert Montañes acompañaron a Rafa hasta octavos de final, pero no pudieron acceder a cuartos tras caer en cinco sets ante Gael Monfils y Fabio Fognini.

Lo de Montañes fue más doloroso, ya que su despedida se produjo tras perder 11-9 en el quinto, ante un jugador italiano que estaba totalmente acalambrado y prácticamente no podía sacar. Albert se bloqueó y no supo cerrar, lo que regaló a Djokovic el pase a las semifinales sin jugar, ya que Fognini no pudo ni tan siquiera saltar a pista. Ferrer cayó en un disputado partido donde Monfils hizo valer el calor de la grada para eliminar al de Jávea.

David Ferrer no pudo meterse en octavos tras caer en cinco sets ante el número uno local Gael Monfils

En tercera ronda habían caído Fernando Verdasco ante Ljubicic y Guillermo García-López ante Fognini; en segunda perdieron Marcel Granollers ante Richard Gasquet, Rubén Ramírez-Hidalgo ante Montañes, Pere Riba ante Janko Tipsarevic, Albert Ramos ante Soderling y el ya mencionado Pablo Andújar ante Nadal. Se marcharon sin ganar ni un solo encuentro del cuadro general Daniel Gimeno Traver, Javier Martí, Feliciano López y Nico Almagro, que dio la gran sorpresa negativa de la Armada al caer a las primeras de cambio tras desperdiciar dos sets de ventaja ante el polaco Lukasz Kubot.

Pero el 5 de Junio pasará a la historia por culpa del de siempre, del mismo Rafa que tantas tardes de sofá y tenis nos ha brindado y nos brindará. Para siempre será el día en que Nadal batió por cuarta vez a Federer en la final de París para conquistar su sexto Roland Garros, el que le iguala con Borg.

Son ya diez títulos de Grand Slam, una cifra que previamente sólo habían alcanzado el mismo Borg con 11, Pete Sampras con 14, y evidentemente Roger Federer con 16. En lo que refiera a títulos totales, ya ocupa la undécima posición histórica con 46, todavía muy lejos de los 108 de Jimmy Connors. En esta estadística Federer es 4º con 67 títulos, siendo ya el único en activo que tiene más que Rafa. En tierra batida suma 32 de esos títulos, sólo por detrás del austriaco Thomas Muster (40) y el argentino Guillermo Vilas (45).

El récord de 45 títulos sobre arcilla del argentino Guillermo Vilas no está seguro con Rafa en el circuito

Además, gracias a la derrota de Nole en semifinales, Rafa podrá llegar a las 100 semanas como número uno del mundo. Sólo siete mitos del tenis alcanzaron semejante cifra. De menor a mayor: Andre Agassi (101), Bjorn Borg (109), John McEnroe (170), Jimmy Connors (268), Ivan Lendl (270), Roger Federer (285) y Pete Sampras (286). Palabras mayores que crecen todavía más al mirar el DNI de Rafa Nadal y observar que acaba de cumplir 25 años. Habrá que ver hasta donde aguantan sus rodillas, pero esperemos que sea mucho tiempo porque otro jugador así difícilmente saldrá en décadas.

Para España es el décimo cuarto Roland Garros, ya que a los seis de Nadal se le suman los dos de Manolo Santana y de Sergi Bruguera y los de Andrés Gimeno, Carlos Moyá, Albert Costa y Juan Carlos Ferrero.

Por último, en féminas la ganadora fue la china Na Li, que se convierte así en la primera mujer asiática en conquistar un Grand Slam, desquitándose así de su derrota en la final de Australia ante la belga Kim Clijsters. Se impuso en la final en dos sets a la italiana Francesca Schiavone, que defendía el título logrado en 2010 y se consolida así como una de las grandes raquetas del circuito.

La china Na Li conquistó su primer título de Grand Slam tras imponerse a la italiana Schiavone

Las españolas estuvieron discretas, con Nuria Llagostera en tercera ronda como mejor resultado, donde cayó ante la rusa Anastasia Pavlyuchenkova; mientras que en segunda ronda se quedaron María José Martínez, Silvia Soler y Anabel Medina. A las primeras de cambio perdieron Lourdes Domínguez, Arantxa Parra y Laura Pous.

Además, el granadino Roberto Carballés y el valenciano Andrés Artuñedo han conquistado el título en la categoría de dobles júnior, convirtiéndose en la tercera pareja española que lo consigue tras las victorias de Tommy Robredo y Marc López en 2000 y de Pablo Andújar y Marcel Granollers en 2004.

Robert Carballés y Andrés Artuñedo se hicieron con el título de dobles en categoría junior

El cuadro de honor del torneo se completa con las victorias del bielorruso Max Mirnyi y el canadiense Daniel Nestor en el dobles masculino; y de las checas Andrea Hlavackova y Lucie Hradecka en el femenino.

Tras los dos partidos benéficos disputados por los dos mejores tenistas de la actualidad, y con una victoria para cada uno, hay una cosa clara. Da exactamente igual quien sea el mejor de los dos -algo de lo que dependerá mucho la evolución de Rafa cuando Roger no esté-, lo importante es que están engrandeciendo un deporte tan bonito como el tenis. Porque aunque ambos mantienen una gran rivalidad, sin duda se trata de una de las rivalidades más ejemplares de la historia del deporte. Todo son buenas palabras entre ambos, celebrando cada victoria con elegancia y asumiendo cada derrota con humildad, viendo siempre al otro como un increíble motivo para no dejar de mejorar nunca. Se miran y saben que están viendo su propia némesis, que cada bola puede ser fundamental y que juegan contra si mismos y contra la propia historia.

Rafa Nadal y Roger Federer se verán las caras por tercer partido de exhibición consecutivo en Abu Dhabi

Pero además son conscientes de todo el bien que le están haciendo al mundo del tenis, y se esfuerzan por ello. Son dos ejemplos a seguir, solidarios y siempre dispuestos a una buena causa. Es cierto que son multimillonarios, pero no tendrían porqué hacerlo; y aún así lo hacen. Son consecuentes a la posición que ocupan y eso es de agradecer de cara al aficionado, que empieza cada torneo deseando verles el último domingo enfrentados en la pista, porque saben que verán tenis de la más altísima calidad, y con un grado de nobleza y deportividad poco frecuentes en el panorama deportivo actual. El tenis siempre ha sido de épocas y de dualidades, y la dualidad Roger-Rafa está creando una época maravillosa, algo que probablemente tardaremos en volver a ver. En los 70 se inició una época de grandes dominadores estadounidenses, que empezó con Jimmy Connors, y siguió con John McEnroe e Ivan Lendl. Sólo el sueco Bjorn Borg logró colarse en su supremacía. Su dominio era tal que el argentino Guillermo Vilas jamás llegó a ser el número uno del ranking, pese a dominar durante años la tierra batida.

De ahí se pasó a unos años donde tenistas como Stefan Edberg, Jim Courier o Boris Becker eran los habituales en las finales de los torneos, hasta que llegó la época de Pete Sampras y André Agassi, aunque el primero logró demostrar una consistencia superior en lo alto. La retirada de Pete dejó un vacío que permitió llegar al número uno a tenistas como Gustavo Kuerten, Carlos Moyá, Marat Safin, Juan Carlos Ferrero, Lleyton Hewitt o Andy Roddick. Pero entonces llegó Roger y se aupó a lo más alto, desde donde contemplaba apacible al resto de tenistas como vulgares humanos. Hasta que apareció un imberbe Nadal que amenazaba su posición de privilegio.

No obstante, Roger no se arrugó. El otro podía ser más fuerte y más joven, pero él podía seguir aprendiendo. Tenía un sparring nuevo que podía hacerle más grande aún, y en eso empleo sus fuerzas. Como es obvio ambos han tenido sus rachas, pero siempre han vuelto a lo más alto. Roger dominaba Wimbledon con mano de hierro, por lo que Rafa tuvo que mejorar su juego en hierba para llegar a la final, y finalmente derrotarle. Por su parte, Roland Garros era cosa de Nadal desde que era adolescente, por lo que Federer tuvo que emplearse a fondo hasta llegar a la final, y aunque no ha conseguido vencer todavía a Rafa en París, estuvo ahí el año en que falló y consiguió imponerse a Robin Soderling en la final, conquistando así el último Grand Slam que le faltaba. Además Rafa ha mejorado en la pista dura hasta conseguir completar el Grand Slam también, con la guinda del Open USA. Todavía se le resiste el ATP World Tour Finals, pero si no pasa nada extraño todavía tiene temporadas de sobra para ganarlo. En el último llegó a la final, y si sigue con su patrón habitual como mucho en dos años lo ha ganado.

Federer, Nadal y Murray, la gran dualidad tenística y uno de los principales aspirantes a romperla

Pese a todo no faltan candidatos que pretendan amenazar su dualidad, como no empezando por Andy Murray y Novak Djokovic, dos jugadores que hace unos años habrían sido número uno durante varias semanas con los puntos que han sumado, pero el excesivo nivel que les ponen Roger y Rafa lo han impedido. Existen otras opciones como Juan Martín Del Potro, Thomas Berdych, Marin Cilic o Ernest Gulbis. También hay otros talentos a la espera de explotar, como Kei Nishikori, Thomaz Bellucci, Thiemo De Bakker, Santiago Giraldo o Pere Riba. La lista puede ser larguísima, pero a día de hoy sólo Djokovic y Murray parecen tener opciones reales de desbancar a Roger o Rafa en cuanto se descuiden.

Mientras tanto los aficionados disfrutaremos de estos dos grandísimos deportistas y de las clases maestras de tenis que dan cada vez que salen a la pista, porque no sabemos cuanto tiempo va a durar, así que hemos de aprovecharla. Y esperar que dure el máximo posible.

Que no es otra cosa que ganar torneos. Las malas lenguas -siempre las hay, cuando se trata de aventurar el ocaso de algún gran campeón-, hablan de que jamás volverá a ser el que fue, que este año ha sido el inicio de un declive del que ya no volverá a recuperarse. Curiosamente se oyen ahora las mismas voces que sonaban en 2008, la primera vez que Rafa Nadal consiguió destronarle; y que se ocultaron cuando el suizo recuperó el cetro mundial. En 2010 el balear ha sido muy superior a todos, y ha conseguido bajar a Federer por segunda vez, y de forma más rotunda. Parece que no hay fisuras, pero no cabe duda de que Federer se va a dejar las muñecas en el intento de buscarlas. Ya otra cosa es que lo consiga.

Pero se ha puesto manos a la obra. Ha preparado a conciencia este final de temporada con la intención de imponerse en el Masters. Tras llegar a la final de Shanghai, donde un gran Andy Murray le barrió de la pista, ha conseguido imponerse en el ATP 250 de Estocolmo, derrotando en la final al alemán Florian Mayer por 6-4 y 6-3. Un triunfo que le va a venir muy bien para encarar el final de temporada, donde tras jugar en su tierra natal el ATP 500 de Basilea, jugará el último Masters 1000 de la temporada, el de París-Bercy, para acudir finalmente a la Copa de Maestros de Londres.

 

El suizo Roger Federer, levantando en Estocolmo el 64º título de su carrera

 

Roger quiere seguir haciendo historia, y con la victoria del domingo lo ha vuelto a conseguir, ya que ha elevado su número de trofeos a 64, superando al sueco Bjorn Borg e igualando al norteamericano Pete Sampras, el anterior dominador del circuito, empatando en la cuarta posición de todos los tiempos. Por delante ya sólo quedan John McEnroe con 77, Ivan Lendl con 94, y en lo más alto Jimmy Connors con 107. Quizás fue eso lo que le puso emotivo, ya que dijo que ahora saborea más cada triunfo porque nunca sabe cuando va a ser el último. También puede ser sólo un farol. Con Roger nunca se sabe, pero no cabe duda de que en 2011 seguirá estando arriba.

Respecto a lo que queda de 2010, se va dilucidando la composición del torneo de maestros de Londres, renombrada el año pasado como ATP World Tour Finals. Con los cuatro dominadores del circuito ya metidos (Nadal, Federer, Djokovic y Murray), y la segura presencia de Robin Soderling, quinto en discordia a día de hoy, quedan tres plazas para un gran número de tenistas. A día de hoy las ocupan el checo Thomas Berdych y los españoles Fernando Verdasco y David Ferrer, que podrían elevar al número de tres la representación nacional en Londres.

 

David Ferrer y Fernando Verdasco buscarán acompañar a Rafa en la Copa de Maestros de Londres

 

No tienen una tarea fácil. Un ejército de tenistas lo darán todo para colarse entre los ocho nombres que pelearán el último título del año. Parece que Andy Roddick, actual número 9 no va a llegar en forma a la cita, pero detrás vienen tenistas como los rusos Mikhail Youzhny (10º), y Nikolai Davydenko (11º y actual campeón), el austriaco Jurgen Melzar (12º), o el francés Jo-Wilfred Tsonga (13º), que lo van a dar todo en Basilea y París para obtener el billete a Londres. Lo que está claro es que independientemente de que lleguen unos u otros, el nivel del torneo va a volver a ser espectacular. Esperemos que David y Fernando puedan llegar.

Tradicionalmente el tenis ha sido un deporte de grandes dominadores y duelos que han marcado diversas épocas. En los 70 y los 80 sólo el sueco Bjorn Borg lograba colarse en la tiranía estadounidense, establecida primero por Jimmy Connors, y después por Ivan Lendl y John McEnroe. A finales de los 80 sufrió un pequeño bajón, hasta que en el 93 emergía la figura de Pete Sampras, que acabaría convirtiéndose en el gran dominador de la década, siempre con el permiso de su compatriota André Agassi.

De ahí sucedió otra pequeña crisis hasta que llegó Roger Federer. Muchos tenistas diferentes liderando la ATP durante escasos periodos de tiempo, incluyendo los dos primeros españoles en lograrlo -Carlos Moyá lo fue durante dos semanas en 1999 y Juan Carlos Ferrero comandó la lista durante 8 semanas en 2003-, y alguno un poco más duradero, como el brasileño Gustavo Kuerten o el australiano Lleyton Hewitt. Pero fue el suizo el que estableció una tiranía de cuatro años, hasta que en el 2008 apareció Rafa Nadal. Federer consiguió recuperar el liderato un año más tarde, pero volvió a perderlo este 2010 en el que Rafa ha sumado tres títulos de Grand Slam.

Pocos dudan de que el gran Roger volverá, pero lo que no está tan claro es que Rafa le deje subir al número uno. Esto lleva a plantearse si estamos ante el inicio de una dictadura de Rafa Nadal que se extienda durante varios años, o si por el contrario Federer u otro outsider lograrán desbancarle o acercarse. Para ello habrá que ver quienes son esos aspirantes, y en la actualidad hay uno que se eleva por encima del resto: el escocés Andy Murray.

 

El escocés Andy Murray, reciente ganador en Shanghai

 

Viene de ganar el Masters 1000 de Shanghai, vapuleando en la final a Federer, a quien ya ha ganado en ocho ocasiones. Esta victoria supone el sexto título de este nivel en su carrera de un total de 16, y aporta un dato interesante. Este Masters, sumado al de Toronto que se adjudicó en verano, hacen que sea el único jugador junto a Rafa Nadal en lograr más de un Masters 1000 este año (el español lleva tres). Supera en esta clasificación al suizo Roger Federer, al croata Ivan Ljubicic y al estadounidense Andy Roddick, vencedores de un título cada uno. Sorprende la ausencia en esta lista del serbio Novak Djokovic, reciéntemente relevado por Federer a la tercera posición mundial, y cuyas únicas victorias en 2010 corresponden a los ATP 500 de Dubai y Pekín.

Y es que Djokovic parece que se está quedando por el camino después de su potente irrupción en el circuito como alternativa real a la dicotomía Rafa – Roger, pero su falta de constancia y su incapacidad para sacar su mejor tenis en los momentos más difíciles están cortando su progresión. Nadie duda de que tiene muchísimo tenis, pero lo cierto es que Andy Murray le está comiendo la tostada. Y esta diferencia no es una cuestión de resultados, es algo que se aprecia viendo sus actuaciones. Djokovic enlaza partidos magníficos con auténticos desastres, es raro incluso cuando gana que no tenga unos momentos de bajón. Dobles faltas que no vienen a cuento y una gran facilidad para borrarse de los partidos. Afortunadamente es tan bueno que contra la mayoría de los jugadores le da tiempo a reponerse y acabar llevándose la victoria, pero cuando llegan las rondas finales de los grandes torneos se le empieza a encoger el brazo y se le suele atragantar cualquier rival que le sepa mover.

También se puede atender a los rivales que se han encontrado en las finales importantes que han ganado. Djokovic consiguió su único Grand Slam ante Jo-Wilfred Tsonga, mientras que ha logrado sus cinco Masters 1000 ante Guillermo Cañas, Stanislas Wawrinka, Mardy Fish, Gael Monfils, y por fin, uno ante Federer. También ganó la Copa Masters ante Davydenko. Por su parte, perdió dos finales del Open USA, una ante Roger y otra ante Rafa, y seis finales de Masters 1000, tres ante Rafa, una ante Roger y dos ante el propio Murray.

El escocés por su parte ha perdido las dos únicas finales de Grand Slam que ha disputado, ambas ante Federer; pero a cambio muestra un registro de 6-1 en las finales de Masters 1000, donde sólo le ha derrotado Rafa y donde ha conseguido dos victorias ante Federer, dos ante Djokovic, una ante el argentino Juan Martín Del Potro, y una ante el francés Gilles Simon. Esto nos quiere decir que Djokovic tiende a ganar cuando se le allanan los cuadros de los torneos, mientras que Murray consigue sus mejores victorias ante los tenistas que comparten con él la parte alta del ranking ATP.

Está claro que Federer puede volver por donde solía, o que Djokovic puede encontrar la continuidad que su juego pide a gritos. Incluso que otros nombres como Del Potro o el letón Ernest Gulbis, o incluso el checo Thomas Berdych den el paso adelante necesario para acercarse a Rafa; pero está claro que si alguien puede crecer lo suficiente como para llegar a su altura es Andy Murray, quien a sus 23 años parece haber encontrado la línea en su juego que le lleve a consagrarse como el primero de los outsiders, y quien sabe si a evitar la incipiente tiranía del balear, formando junto a él una época común en el tenis. En su raqueta estará.